Ed.: Entre la vida y la muerte

Entre la vida y la muerte.

En los últimos días se está hablando mucho sobre la pena de muerte a raíz de la clara injusticia que se está cometiendo en Irán contra la vida de Shakine Mohammadí Ahstiani.

La verdad es que la pena de muerte es una de esas condenas que sirven para encubrir asesinatos en masa convirtiéndolos en muertes "legales".

Dijo Gandhi  "Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego" y, señores, parece que esto es lo que está ocurriendo.

Los argumentos a favor de la pena de muerte son fácilmente rebatibles "Es la Ley de Dios", mentira;  "Sirve como venganza para la familia de la víctima", el que busca venganza, cava dos tumbas; "Mantener a alguien preso cuesta dinero al estado", eso se solucionaría haciendo participar activamente a los presos en la cuestión de su subsistencia y en hacerles contribuir de algún modo a la sociedad; "Son peligrosos", existen otro tipo de condenas; "Siempre son culpables", ¿Dónde está el principio de los Derechos Humanos sobre la presunción de inocencia?; "Tienen una muerte rápida", no siempre, hay personas que han sufrido más de cinco pinchazos en diferentes ocasiones porque no les encontraban la vena, por no hablar de métodos más duros que la inyección letal…

Y podría seguir, pero no me apetece rebatir más argumentos.

Lo que sí quiero hacer es hablar de por qué estoy en contra de la pena de muerte. Estoy en contra porque actualmente hay miles de personas inocentes en el mundo condenadas a morir por delitos que no cometieron; estoy en contra porque la mayoría de esas personas han tenido malos abogados y juicios manipulados, donde ni las pruebas ni los expertos que declaraban eran concluyentes, porque después de esos juicios el derecho a apelación, si bien es un derecho, no se permite, por no hablar de todos los atenuantes, como el alcoholismo, que hacen que alguien sea "aún más culpable"; estoy en contra de la eugenesia en masa que se practica con la mayoría de personas que están esperando en la conocida "Milla Verde" pues son personas que no interesa que sigan con vida, personas con problemas de drogadicción o enfermedades mentales, disidentes del régimen imperante, inmigrantes o, simplemente, personas con pocos recursos que no han podido acceder a una justicia justa; estoy en contra de la falta de información que reciben los presos sobre el día y hora de su muerte, que convierte su agonía en una tortura psicológica, porque están viviendo con el miedo constante de que alguien entre en su celda y les diga, "ahora mismo morirás"; estoy en contra de cualquier violación a los Derechos Humanos y el derecho a la vida es, cuánto menos, fundamental, porque hasta ahora está demostrado que vida, solo tenemos una;  estoy en contra de una condena que no satisface ni a la familia del condenado, ni a la familia de la víctima (en el caso de que el condenado sea culpable), pues la familia de la víctima nunca se da por satisfecha con la muerte "poco dolorosa" del condenado; estoy en contra de que se condene y estigmatice no solo a la persona, que a veces sale de la cárcel como inocente –aunque las menos-, sino también a su familia, que por siempre será señalada como "la familia del asesino".

Y de nuevo, podría seguir.

Se han hecho muchas películas sobre la pena de muerte, tanto a favor, como en contra, pero hoy propongo que lo veamos de otro modo. Propongo que lo veamos como algo que está pasando en muchas sociedades que no se ven "más libres de asesinatos" porque tienen implantada la pena de muerte. Hoy os hablo de personas que, habrán o no arrebatado el derecho a la vida de otra persona, pero como diría J.R.R. Tolkien en voz de su personaje Gandalf "Muchos vivos merecerían la muerte, y algunos que mueren merecen la vida. ¿Podrías dársela tú? No seas ligero a la hora de repartir muerte o juicio, ni los más sabios pueden discernir esos extremos."

En encuestas realizadas recientemente aquí en deviantArt, con no mucha participación pero si la necesaria, se concluye que el 51,1% de las personas que han participado en el sondeo están en contra de la pena de muerte, el 26,7% están a favor o en contra dependiendo del caso y el 22,2% están a favor.

Espero, de todo corazón, que nunca una de esas  personas que forman parte del 22,2% de las que están a favor de la pena de muerte se encuentre en el caso de ser un inocente esperando en "La Milla Verde", porque el día que eso ocurra, podría arrepentirse de haber estado apoyando su propio asesinato legal.